Hermosa Fortaleza Ecológica En Libertad De Barinas Que Duerme El Sueño De Los Justos
El caño Masparrito, un brazo natural del río Masparro es junto a
la población de Libertad a la que divide en dos a su paso por esta
capital del municipio Pedro Manuel Rojas en el estado Barinas, testigo
de una historia de excepción, acrisolada esta en anécdotas que pocos
pobladores conocen, sean propios o extraños, y que producto de la poca
difusión, aunado a la inexistencia de la figura de un cronista, se
pudiesen perder en el arcano tiempo, sin embargo, con la intención de
recoger de forma sistemática
y ordenada toda la gama de hechos y anécdotas, se procede a la
realización del presente ensayo, con el deseo de dejar para las
generaciones presente y futura el testimonio escrito, y más que un
testimonio, un llamado a la colectividad, a las fuerzas vivas y a las
autoridades competentes a rescatar el sueño de su benefactor y mecenas
ambientalista: Don Esteban Terán, quien desde un trono vegetal en el
empíreo debe estar velando porque se reanude y se cristalice tan
importante proyecto que, como deuda histórica, debía estar beneficiando a
Libertad y al municipio mismo, en el ámbito social, cultural,
económico, educativo, turístico y, por supuesto, ambiental.
A MANERA DE PÓRTICO O INTRODUCCIÓN:
Don Esteban Terán, un filántropo, benefactor del pueblo de Libertad de Barinas. Es curioso conocer que el paso del tiempo a veces hace justicia y otras tantas hunde en el ostracismo la obra de muchos seres por desconocimiento, apatía o indiferencia de un prójimo hacia quienes van dirigidas sus mejores intenciones y acciones.
Hoy lo podemos corroborar con el caso de don Esteban Terán y su singular obra por la comunidad de Libertad, ciudadano conocido para su época como el “hombre de la luz”. Ese bautizo tan significativo obedece a una anécdota bastante interesante, y es que don Esteban Terán, pese a no haber cursado estudios universitarios alguno, en una Institución donde se dice que vencen las sombras, se le puede catalogar como ingeniero empírico, con su ciencia aprendida por correspondencia, con los famosos cursos del Hemphill Schools “Escuelas por correspondencia quedan en el pasado : sólo sobrevive una en el DF – México” (1), que recibía vía el otrora conocido y ya extinto “correo aéreo”, venciendo por su propia cuenta las sombras de un medio hostil y de falencias y necesidades, dando como fruto de sus esfuerzos de autodidacta el logro de haber instalado él con su ingeniosa inventiva y creatividad desarrollada y fomentada de manera exponencial a través de sus cursos por correspondencia, por vez primera el tendido eléctrico con su caída de potencial, tal cual aún subsiste, y para su mayor grandeza, muchos de los habitantes contemporáneos a él, lo recuerdan con mucho aprecio, pues fue precisamente un 24 de diciembre en que los vecinos de esta apartada población rural de la provincia de Venezuela, conocieron la existencia de la energía eléctrica.
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